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Una sociedad llena de prejuicios

Inés Romero. Castellón

Wonder no es una película que precisamente se encargue de contar una historia que nos vaya a dejar con la boca abierta, pero sí nos ayuda a comprender que la sociedad se guía constantemente por prejuicios. Por lo tanto, creo que todos, tanto jóvenes como adultos, la deberíamos ver, pues August Pullman puede darnos una gran lección.


En primer lugar, quiero destacar mí descontento hacía algunas partes de la película. Creo que el director del filme, Stephen Chbosky, se ha equivocado totalmente a la hora de establecer las personalidades de los personajes, puesto que estas están llenas de estereotipos. Por un lado, Julian, el cabecilla del grupo que se dedica a hacerle la vida imposible a August durante su estancia en el colegio, es un chico que viene de una familia adinerada cuyos padres ven normal que su hijo no se acerque a niños “diferentes” a él. Por otro lado, Jack Will, uno de los nuevos amigos de August, procede de una familia humilde donde se le enseña a respetar a todo el mundo. Por lo tanto, podemos ver que las personas con un elevado poder adquisitivo son tachadas de egoístas, mientras que las personas con problemas económicos son consideradas más tolerantes, algo que no tiene por qué ser siempre así. 


Además, estos estereotipos también se pueden apreciar en los propios padres del protagonista, ya que la madre hace el papel de una mujer que aparta su futuro profesional para estar pendiente de su hijo. Sin embargo, el padre sigue con su vida laboral. Aquí podemos ver que la mujer es la que se queda en casa cuidando de la familia y el hombre es el que la mantiene económicamente. Estos son solo unos ejemplos, pero la película está llena de estereotipos y prejuicios. Asimismo, otro aspecto negativo a destacar es que el largometraje es bastante predecible, pero como he mencionado antes, no es una película que trate de sorprender, sino de darnos una lección.


¿Por qué todos deberíamos ver este filme? La respuesta es sencilla. Uno de los temas principales de la película es el acoso escolar, algo por lo que miles de niños desgraciadamente están pasando cada día. A través de las secuencias, podemos concienciarnos de lo duro que es que un chico o una chica tenga que pasar por una situación así, y además, August Pullman nos explica que este acaso se ve incrementado en personas con alguna discapacidad física o mental y, por lo tanto, su situación en el colegio se vuelve el doble de complicada. Además, los adultos deberían verla, puesto que los niños que hacen bullying llegan a esa situación por no haber recibido una buena educación por parte de los padres.


Sin duda, lo que considero que ha sido totalmente un acierto para que esta película tenga éxito es el uso del humor, lo que hace que la historia no se lleve totalmente al dramatismo y el espectador pueda disfrutar en ciertos momentos del largometraje a pesar de la dura situación que está viendo en la pantalla. Esto se puede apreciar en algunas  escenas, como por ejemplo en la que aparecen Jack Will y August hablando y el primero le pregunta: «¿No puedes hacerte una operación de cirugía estética?». A lo que el segundo le responde: «Oye, que esta pinta la tengo gracias a la cirugía estética».


Por último, he de decir que el libro Wonder. La lección de August, escrito por Raquel. J. Palacio, en mi opinión, es mucho más recomendable que la película, ya que consigue que nos pongamos completamente en la piel del protagonista, algo que el filme no logra del todo. Asimismo, el libro profundiza mucho más en la trayectoria escolar de August y creo que se aprecia bastante mejor cómo ha sido esa etapa para él.

 

 

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