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La llamada , otro fracaso más del cine español

Inés Romero. Castellón

La llamada no es más que una de esas películas de las que se espera mucho, pero que acaba desilusionando al espectador, pues todo lo que aparece en ella es cuanto menos surrealista.


En primer lugar, creo que es un error realizar una película cuyas actrices interpretan papeles de unas adolescentes de entre 17 y 18 años, pero se nota que ellas no tienen esa edad y son mucho más mayores. Asimismo, se sabe que las dos chicas con amigas, pero no se acabe de entender completamente qué tipo de amistad tienen. Desde mi punto de vista, creo que esto se debería de explicar más detalladamente, puesto que ayudaría a ponerse en la piel de ellas y comprender la situación que están pasando.
Además, ambas se encuentran en un campamento de monjas, donde se escapan continuamente para ir de fiesta al pueblo más cercano. Sin embargo, esto no es lo raro, puesto que hoy en día se podría decir que es casi normal en los adolescentes. Lo extraño de esto es que la cocinera del campamento es la que se encarga de darles pastillas, alcohol y tabaco, algo que me parece totalmente incoherente.


Por otro lado, a María Casado, papel interpretado por Macarena García, se le aparece cada noche Dios, que es representado por un señor de unos 65 años y le canta canciones de Whitney Houston. En mi opinión, veo bien que Dios aparezca de forma humana, ya que la mayoría de películas lo simbolizan como algo divino y que no tiene rostro. Lo que no me parece lógico es que ella se acabe enamorando locamente de él, hasta el punto de sufrir.

 
Entre los aspectos positivos que puedo sacar de este largometraje es que los diálogos de humor, sobre todo los interpretados por Gracia Olayo que hace el papel de Sor Bernarda, sí que llegan a hacer reír al espectador y consiguen que este pase un buen rato. Asimismo, considero que ha sido un acierto plasma el tema de la homosexualidad dentro de un contexto religioso, aunque creo que no ha sido la mejor forma de hacerlo, puesto que el amor entre una adolescente y una monja hace que esto se vea con humor y no llegue a ser del todo creíble, por lo tanto, no se llega a aprecia el verdadero mensaje que se está queriendo transmitir.


La llamada es una película que va dirigida a un público bastante limitado, pero perfecto para el mensaje que quiere dar, cuya máxima se reduce a: «Lo hacemos y ya vemos». Esta frase, desde mi punto de vista, la entiendo como que hay que hacer siempre lo que uno siente y luego ya habrá tiempo de arrepentirse y rectificar.


En definitiva, creo que es una película que está bien para verla un día en tu casa en el que no tengas nada que hacer y quieras pasar un buen rato, puesto que la parte de comedia está muy lograda, pero que, desde mi más sincera opinión, no es de las películas que elegiría para verla en una sala de cine.
 

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