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¿Comercio justo o falsa caridad?

Las ventas de productos responsables son de 40 millones de euros

Inés Romero. Castellón

El comercio justo es un movimiento social cuyo objetivo es evitar la intervención de intermediarios y especuladores en la cadena de producción, comercialización y consumo de los bienes exportados desde los países en vías de desarrollo. Sin embargo, existe un inconveniente en este tipo de comercio, y es que los productos suelen ser mucho más caros que los que se ofrecen en el mercado convencional, lo que hace que los consumidores de los países ricos sean más reacios a adoptar un tipo de consumo responsable y sostenible. Así pues, ¿es el comercio justo una propuesta elitista?


Los productos de comercio justo tienen un precio más elevado, puesto que suelen ser de mayor calidad y tienen un valor añadido, ya que garantizan que han sido producidos y pagados en condiciones de equidad y justicia, así lo explica el técnico superior de la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad (OCDS) David Joan Marí García: «El comercio justo no solo ha regido un precio justo, sino que existe lo que se denomina la prima de comercio justo, es decir, hay unos centavos añadidos a cada kilogramo o a cada litro en función del volumen del producto, que obligatoriamente va dirigido a inversiones de carácter social».


Isabel Río, coordinadora de Oxfam Intermón Castellón, justifica por qué los productos de comercios son más caros. «Si los productos de comercio justo se comparan con otros productos de la misma calidad realmente son más caros. Las cantidades que se importan son siempre menores, pero el porcentaje que les llega a los productores es mayor y eso se tiene que notar en una subida del precio». 


Asimismo, el importe final aumenta porque se tienen que cumplir, por un lado, unos determinados requisitos, y por otro lado, se tienen que realizar una serie de baremaciones y comprobaciones para saber que realmente cumple con todos los estándares que se exigen para que sea un producto responsable y, por lo tanto, de comercio justo. María Estela Bernard Monferrer, licenciada en Derecho y Doctora en Comunicación en la Universitat Jaume I de Castelló, ofrece su punto de vista sobre esta subida del precio de los productos de comercio justo. «Este encarecimiento del importe final depende del tipo de producto al que nos refiramos, pues hay muchos artículos de diseño que son más caros que los de comercio justo». Además, María Estela Bernard destaca que hay personas que prefieren pagar un poco más si saben que van a consumir un producto «totalmente ético». Por lo tanto, esto no depende tanto del nivel adquisitivo de cada uno, sino del nivel de concienciación individual.


Igualmente, el técnico superior de la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad afirma que esta alternativa comercial también recibe una gran cantidad de críticas debido a que hay muchos economistas que la consideran como un tipo de subsidio que entorpece el crecimiento y favorece la competencia desleal. Por un lado, están los defensores del libre mercado que argumentan que el propio término es falso, puesto que las operaciones comerciales deben ocurrir si las partes implicadas las aceptan de forma libre, algo que según ellos no siempre pasa. Además, declaran que la estructura de costes está pensada más bien para los consumidores de los países desarrollados y no para favorecer a los productores del tercer mundo. Por ello, David Joan Marí asegura que las voces más críticas llegan de aquellos que no aceptan que las empresas participen e intervengan en el proceso.


Según un estudio que ha elaborado la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ), las ventas en productos de consumo responsable llegan hasta los 40 millones de euros, lo que corresponde a un crecimiento del 14,8 % respecto al año anterior. A pesar de que los datos indiquen una subida de la demanda de estos productos, Isabel Río explica que hay personas que juzgan el comercio justo porque piensan que está dirigido hacia un reducido grupo de consumidores. Sin embargo, la coordinadora de Oxfam Intermón Castellón insiste en que esto no es así y para que el comercio justo crezca, es necesaria la participación de las empresas privadas, de las tiendas convencionales y de la aparición de más canales de distribución, puesto que todo ello es lo que permite a los consumidores tener un mayor acceso a estos productos de consumo responsable y sostenible.


Otro problema que denuncia María Estela Bernard es que en España hay una «sobreabundancia» de determinados productos y por este motivo, la sociedad no valora tanto los productos de comercio justo. Asimismo, la Doctora en comunicación cree que esto no solo es un problema de la ciudadanía, sino que gran parte de la culpa la tienen los partidos políticos que se encuentran en el poder. «Desde mi punto de vista, esto no solo es problema de la sociedad, sino que también tiene una gran parte de culpa el Gobierno porque lo único que ha hecho es suprimir todas las ayudas que estaban destinadas hacia este tipo de actividades. Si desde arriba estuviesen concienciados, sería mucho más fácil sensibilizar al resto de la población».


Con todo esto, ¿sería posible que algún día en la economía española se pueda hablar únicamente de comercio justo? María Estela Bernard está convencida de que conseguir esto es complicado, ya que no solo se trata de la concienciación de España, sino de otros muchos países con los que se comercializa, donde no existen unas leyes reguladoras que velen por los derechos de los productores. Sin embargo, tiene claro que no ser consumidor de productos de comercio justo no es tanto un problema económico, sino de interés social.

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